domingo, 6 de julio de 2008

CAMBIOCLIMATICO DESTRUYE LA TIERRA

EGIPTO Y LAS DINASTIAS.
Dinastías de la liberación.
Los primeros faraones de la dinastía XVIII, Ahmés, Amenofis y Tumés restauraron y levantaron el reino quebrantado por las guerras de liberación. Egipto con la capital en Tebas se convirtió en una de las grandes potencias del cercano oriente, durante los reinados de Tumés III, Amenoís IV, iniciadores del culto de Atón.
En el período de 1.372 a 1.354, a de C., Amenofis IV rompió con el dios tebano, el sol, y trasladó la capital a Tell al-Amar, lo cual ocasionó que Palestina casi se separara de Egipto.
Los primeros reyes de la dinastía XIX, Seti I y Ramsés II, años 1.312 a 1.235, a de C., procedían de la casta militar y tuvieron que luchar con mucha valentía para conservar a Palestina y evitar que las tribus avanzaran hacia el bajo Egipto, región del delta.
En este escenario surge MOISES.
Con Ramsés II Egipto desarrolló su crecimiento artístico, con la construcción de grandes conjuntos arquitectónicos y con la presencia de los templos de Ramsés II y Ramsés III, embelecimiento que culminó con el templo de Luxor.
La dinastía XX, tuvo como rey a Ramsés III, años 1.198 a 1.166, a de C., y le tocó detener la invación que los egeos querían hacer a Egipto, como también los nuevos ataques de los libios.
La dinastía XXI, año 1.100 a de C., fue fundada por Smendes de Tanis, mientras el general Heridor iniciaba otra en Tenaida, independientemente y apoyada por la casta sacerdotal de Amón.
Durante cuatro siglos Egipto atravesó agitaciones y confrontaciones entre las grandes ambiciones de los sacerdotes sacerdotes y los militares libios.
La dinastía XXII, bubastita, fue fundada por uno de ellos, Sesonq, rey de los Masawuasa, año 930 a de C., la cual restableció, provisionalmente, el orden en Egipto y se destacó durante el saqueo a Jerusaéen.
En la vigencia de la dinastía XXIII, de origen tanita, Egipto se dividió en reinos y principados autónomos, rivales entre si, con una veintena de soberanos donde cuatro de ellos llevaban el título de Faraón.
Sudán que se había independizado en el siglo XII a de C., aprovechó la confusión de los egipcios y se apoderó del alto Egipto y trató de dominar el Delta, en la desembocadura del río Nilo, en el mar Mediterráneo.
Lo anterior dió origen a la dinstía XXIV, año 715 a de C., Tefnajte y Bokenranef de origen saíta, fundaron la dinastía para escapar de la dominación sudanesa. El etíope Sabaka destruyó la monarquía saíta, unió a Egipto y Sudán en un solo imperio.
La dinastía XXV fue fubdada por los faraones sudaneses, quienes dominaron pacíficamente el Alto Egipto por medio de la institución de las " adoratrices divinas, esposas de Amón, pero no pudieron controlar el Delta.

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