Las rocas y el suelo están formadas por elementos químicos que cubren la superficie y también yacen al interior del planeta Tierra.
La capa rocosa que cubre la Tierra se llama corteza terrestre, es lo que se ve, está compuesta por los continentes y el fondo de los océanos, representa una pequeña parte del globo terráqueo y es como el equivalente a la cáscara de un huevo. Lo que hay por dentro de la corteza terrestre no se ha podido ver. Su composición es variada y consta de tres capas, que de adentro hacia afuera, en el núcleo interno contiene hierro y níquel, en estado sólido, a pesar de las elevadas temperaturas, de unos 6.000 grados centígrados. El núcleo externo es una capa hirviente, de gran espesor, formada por los mismos metales del núcleo interno, en estado líquido, sus movimientos producen la ENERGIA ELECTRICA que genera el campo magnético que rodea a la Tierra.
A continuación de los dos núcleos anteriore está el MANTO, que es una capa gruesa de roca fundida, con aspecto viscoso, que está justo bajo la corteza terrestre. La temoeratura del MANTO varía entre 1.200 y 3.000 grados centígrados, que en algunas partes las rovas se funden. El intenso calor del MANTO es el responsable de las erupciones volcánicas, de ciertos terremotos y del lento desplazamiento de los continentes. El MANTO tiene un espesor de 2.900 kilómetros, es la parte más gruesa del planeta.
La corteza terrestre cubre el planeta y tiene un espesor que varía entre 10 y 70 kilómetros. La corteza continental, donde están los continentes, es más gruesa que la corteza oceánica, especialmente bajo las cadenas montañosas.
Ante estas realidades, el viaje al centro de la Tierra es un imposible. La mayor profundidad que ha penetrado el ser humano ha sido de 12 kilómetros. Para recorrer los más de 6.000 kilómetros de profundidad habría que cavar un metro por minuto, día y noche, durante unos doce años, y el inmenso calor lo haría imposible.
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